¿Surf en Múnich? Sí, en plena ciudad alemana hay una ola que llama a ser surfeada. Si pasas por la capital de Alemania y justo llevas tabla y traje, no dejes de pasar por Eisbach, río que atraviesa el parque central de Múnich Englischer Garten...
Los practicantes de kayak han montado olas de río desde la década de 1970, mientras que los surfistas hacia mediados de la década de 1980, documentándose en 1985 el viaje de un grupo de profesionales del sur de California que surfearon los rápidos del río Snake de Wyoming.
Uno de los destinos más populares del surf en ríos ha sido el Eisbach en Múnich, Alemania, donde una ola rompe directamente frente al puente peatonal.
En la capital de Bavaria, al sur de Alemania, es habitual ver a los surfistas vestidos con trajes de neopreno, aguardando pacientemente su turno. Una vez en el agua, casi no hay tiempo ni para pararse. Es lanzarse con la tabla, reaccionar rápido y comenzar a correr la ola de un extremo a otro.
En este pequeño canal afluente del río Isar, llamado Eisbach, suelen congregarse en verano una extensa cola de surfistas. “La escena ha cambiado mucho desde sus orígenes“, dijo a la BBC un surfista de Eisbach, en alusión a un problema que se da con conocida impertinencia en muchos spots de surf de todo el mundo. “Incluso los que comenzaron hace sólo tres años se dan cuenta de lo molesto que es tener que esperar detrás de otras 25 personas“.
Para la segunda entrega de la serie Made In Europe de Red Bull, el cineasta del sur de California, Matt Payne, decidió dar la espalda al océano y llegar tierra adentro hasta un pequeño río en Múnich, donde pese a las bajas temperaturas, surfistas de Alemania y sorprendidos turistas no vacilan en lanzarse con la tabla y seguir la corriente, cabalgando una ola en plena ciudad, demostrando que el surf en Múnich es posible.
Múnich se encuentra a 500 km de la costa y a más de 1.100 kilómetros de distancia de cualquier spot del océano. Pero tal como indica la web de Red Bull, este vídeo ratifica plenamente cómo “el surf es un estilo de vida, y como tal, lo encontramos en todas partes, incluso a temperaturas de -45 °C“.