Compartimos el documental “Sunyata Lapse”, otra muestra sobre los beneficios del surf como terapia. Además de un vibrante deporte y todo un estilo de vida, el surfing brinda fecundos y esperanzadores resultados a mucha gente. Pese a los golpes de la vida, es posible seguir en pie, salir adelante y continuar…
“Mi objetivo es que más gente que está en mi situación piense que ahí no termina nuestro camino, que hay un mundo nuevo que descubrir en el deporte, la terapia que puede ser para nosotros, y por supuesto, que sí, ¡se puede!”, expresa Ibon Muguerza, surfista de Zarautz cuya vida cambió tras sufrir un accidente en moto.
Relatado en primera persona, el documental exterioriza la desesperación, temores y dolores que atravesó su protagonista, pero también la esperanza, ganas de superación e impulso vital que permitieron remolcarlo y sacarlo a flote.
Luego del accidente, Ibon pasó por años de rehabilitación y probó diversos tratamientos, sin poder calmar sus dolores. Con el tiempo, el joven comprendió que cuando se concentraba realmente en una de sus actividades favoritas, el dolor se iba…
Presentado en la 12 edición del Surf Film Festival de San Sebastián y también en el New York Surf Film Festival 2013, “Sunyata Lapse” cuenta una inspiradora historia que vuelve a evidenciar el poder del surf como terapia, un deporte capaz de ayudarnos a afrontar enfermedades, problemas y variadas realidades. Un modo de sobreponerse a pesar de toda adversidad, remando y remando… Y no dejando de remar.
Ya se ha hablado acerca del surf como terapia para ayudar a niños con discapacidades, o como un eficaz tratamiento para los veteranos de guerra que padecen de estrés postraumático, una forma de rehabilitación que ha sido incorporada en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos.
Anteriormente, nos hemos referido al poder terapeútico del surf, o también acerca de las bondades del surf para la salud mental, pudiendo vencer o paliar situaciones de ansiedad, depresión e insomnio, además de contribuir en enfermedades neurológicas, fibrosis quística o autismo.
Gracias a una tabla de surf y la maravillosa potencia del océano, los efectos pueden ser curativos, siendo una auténtica terapia para ejercitar nuestro cuerpo y mente, divertirnos, entusiasmarnos, vivir intensas emociones y darnos un empujón para seguir. Seguir. Y seguir…
