El surf de olas artificiales ya es una realidad. Hace menos de una semana abrió en Texas el Nland Surf Park, otra obra de la empresa española Wavegarden. Olas artificiales de casi 2 metros y más de 30 segundos de recorrido, en un inmenso predio donde pueden surfear más de 100 surfistas…
En medio de la reciente incorporación del surfing como deporte olímpico, el Surf Ranch de Kelly Slater, Snowdonia de Wavegarden, la City Wave en Viena y un par de proyectos similares en Australia, continúa imparable el auge de las olas artificiales.
El pasado viernes 7 de octubre se realizó la inauguración de NLand Surf Park en Austin, Texas, una laguna que utiliza en su totalidad agua de lluvia recogida en sus propiedades y donde puede surfearse una diversidad de olas para todos los niveles de surfing.
Las olas artificiales de Nland Surf Park pueden alcanzar alturas de casi 2 metros (exactamente, entre 0,5-1,9 metros) y todo el predio abarca nueve campos de fútbol, con lo cual 120 surfistas o más pueden surfear y ocupar las distintas áreas de las instalaciones. Uno de sus principales atractivos consiste en la duración de los paseos, pudiendo surfear olas durante 35 segundos de recorrido.
A lo largo de la laguna se extienden tres zonas diferentes, con tres diversos tipos de olas: The Reef Wave, The Bay e Inside Waves.
The Reef Wave brinda olas más grandes, rápidas y potentes, con cañones en forma de almendra. Se trata de un área diseñada para que surfistas experimentados practiquen sus habilidades de conducción de tubo u otra clase de ejercicios avanzados.
The Bay es la zona de aprendizaje para niños, adolescentes y todos los iniciados, mientras que Inside Waves se dirige a surfistas de nivel intermedio y ofrece un empuje consistente de olas, pudiendo realizar un variado repertorio de maniobras.
Esta moderna tecnología de generación de olas ha sido desarrollada por la empresa española Wavegarden y un equipo de ingenieros apasionados por el surf, especializados en sistemas mecánicos, dinámica de fluidos e ingeniería aeronáutica e industrial.
La apertura de Nland se celebró pocos meses después del primer aniversario de Snowdonia, piscina de olas artificiales que también ha sido obra de Wavegarden, instalada en Gales y que ya ha generado más de 195.000 olas.
“Wavegarden funciona del mismo modo que una ola en el océano. Al igual que las olas que rompen en un arrecife o un banco de arena, una masa de agua que se mueve sistemáticamente sobre una superficie, provoca la formación de la ola. La diferencia radica en que podemos regular el tamaño y la velocidad de la ola, haciéndola muy atractiva para todos los niveles, desde principiantes hasta surfistas de elite, así como para otras actividades acuáticas”, señala la web de Wavegarden.
Parece sólo el inicio de una realidad ya instalada, que despierta el entusiasmo de unos y el rechazo de otros, dividiendo las aguas entre quienes lo consideran como un nuevo escenario de diversión e incluso como una alternativa ideal para todos aquellos surfistas alejados de las costas y quienes conciben que el surf no puede darse, bajo ninguna circunstancia, fuera del océano…